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sábado, 27 de abril de 2013

"Cueveando" de nuevo. Las Cuevas del vino

Y al darnos la vuelta...


Habían desaparecido todos...

¿Andestarán?



Por suerte, habíamos visto la espalda de José Ángel desaparecer tras una calle... 

Y en aquella dirección fuimos. 

Aún así, seguimos admirando las callejas de esta preciosa Ciudad.

 Me llamó la atención una inscripción que habia en el muro de una humilde y austera casa baja, 

“Aquí vivió el genial Pintor Francisco de Goya y Lucientes”  rezaba la inscripción…





 Era la Casa de Goya.

Y es que la casa que teníamos delante, perteneció al hermano del afamado pintor, Camilo. 

Tenía su residencia en la localidad y era el capellán privado de los Duques de Chinchón. 

Allí en aquella casa es donde pernoctaba Francisco de Goya cuando viajaba hasta esta sureña localidad de Madrid para visitar a su hermano, pasaba largas estancias…



Fotos de La casa de Goya en Chinchón


En una de estas largas estancias en la localidad, debido a la cercanía que tenía su hermano a los Duques de Chinchón, fue cuando al artista se le encargó realizar el retrato a la Condesa de Chinchón, probablemente uno de sus mejores retratos.

La casa ha sido restaurada por la asociación juvenil Francisco de Goya y se ha querido dejar intacta su estructura y los aposentos del siglo XVIII, se pueden realizar visitas que organizadas por el ayuntamiento de Chinchón.

 ... Y entonces sonó mi móvil.

Era José Ángel: 

¿Ande andais?


Le explicamos que le estamos siguiendo aunque le hemos perdido de vista,
 ...

...

Y a los tres minutos de hablar con él, les vemos.

Ya todos juntos, decidimos ir a tomar algo.

Y nos acercamos a las Cuevas del Vino.





 Accediendo por un callejón llegamos a una terraza-jardín donde se encuentra la entrada del Restaurante.

 Este Mesón está ubicado en una casa de labranza de 300 años de antigüedad, con cuevas, bodega de vino, molino de aceite, lagar, cuadra... 

Se pueden visitar todas y cada una de las estancias, que actualmente son comedores, y elegir en cual desea comer o cenar.

Nosotros...elegimos el tapeo en la terraza. 

Y por supuesto entramos a ver las cuevas... 

Cómo no.

Nada mas entrar te encuentras las cuadras donde estaban las caballerías para el campo.

Continuamos adelante y enseguida encontramos el molino.


Un empiedre circular con dos piedras troncocónicas, que tenían como misión molturar la aceituna.
Antiguamente estas piedras eran movidas por caballerias. 

A traves de una serie de dependencias llegamos a las bodegas.





 en las que podemos darnos cuenta de los efectos de las cuevas de Titulcia.
Fijaros en las miradsa de los que bajan...




¿no notais nada raro en sus miradas?
¡Qué miedo! 

 


Algunos, supongo que en trance...
se abrazaban a las tinajas...

  

o alucinaban con el tamaño tan enorme.






Estas cuevas datan del siglo XVIII, con una longitud de más de 150 m y una profundidad de más de 20 m.
Se puede decir que son una de las mas grandes de la comarca.




He de decir que a lo largo de los años, personajes emblemáticos han visitado las cuevas y han dejado su firma en ellas.

Por mas que me empeñé, no fui capaz de convencerles de que dejaran nuestra firma en aquel santuario enológico...








Ahora, nadie sabrá que allí estuvieron los perdularios.

El mundo vivirá con esa ignorancia en su Historia.

Ayssssssss
 





Y tras tanta bajada y subida a la cueva...

Tras comprar productos tipicos en tiendas aledañas...

Volvimos a la Plaza Mayor...







Donde Lydia quería volver a subir en el burrito, para dar la vuelta.

Y nosotros, nos dedicabamos a comer tetas de novicia que había comprado la madre de Noelia.

Y a hacernos fotos, claro.


Intentando inmortalizar el momento, y no queriendo despedirnos.

Lo hemos pasado bien, y al menos... 

tendremos un momento gráfico que nos recuerde que somos amigos...

Y que la energía de las cuevas de Titulcia...

¡¡Se ha quedado con nosotros!! 




Hasta la próxima...


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