Ayer, 11 de Mayo, dia de Santa Juana de Arco teníamos una cita con Marimini.
Habíamos quedado con ella para comer y darle ánimos, ante su inminente viaje a las Américas.
Intentamos transmitirle fuerza y energía para este largo viaje que va a iniciar.
Intentamos darle ese apoyo que todos necesitamos cuando las fuerzas flaquean y las ganas de tirar todo nos asaltan.
Intentaré contaros algo de rato en rato..
.
...que andamos de exámenes y todo se complica.
Por el momento puedo adelntaros que lo pasamos muy requetebien.
Que la niña los tupper asistió a la comida y se llevó uno lleno de cosas.
Que por una vez no fuimos los que mas jaleo organizamos...
y que como siempre que nos vemos... comimos y bebimos en demasía...
Pero sobre todo que disfrutamos.
Os dejo la foto inicial...
El monumento al viajero de la Estación de Atocha, lugar donde habíamos quedado.
El resto...
Os lo voy contando.
No os vayais muy lejos.
Yo había quedado con María en el tren.
Intentamos quedar en el primer vagón, para ir juntas, y logramos coincidir.
Ella traía un encargo que yo le había hecho... Una muñeca a la que bauticé como UPI
y que algunos ya habeis visto.
Es mi foto de perfil en Facebook y Twitter.
Fuimos llegando por partes a la estación de Atocha.
El momento clave, fue cuando llegó Amalia... cargada con el tupper para Anuska.
No os cuento la que liamos a partir de ese
momento.
Entre risas, fotos y mas risas, decidimos que
era hora de marcharnos hacia el
restaurante...donde nos esperaban el resto.
Hacía un dia bochornoso de calor... y la pobre Carolina, que estaba en la puerta estaba al borde del
desfallecimiento.
Por lo que pasamos dentro y esperamos sentados.
Poco a poco fueron llegando los que faltaban.
Esther, que nos vió enseguida y se sentó a mi lado y Ana que llegaba de trabajar.
Los entrantes los había negociado ya con el restaurante (aunque tardaron
en traerlos) y tuvimos que pedir sólo los segundos.
Afortunadamente, mietras llegaba la comida nos sirvieron el vino
(que algunos bebían con gaseosa...grrrrrr) y alguna copa nos dió
tiempo a romper (aysssssss, esos brindis)...
por supuesto...
no faltó la cerveza.
no sé en qué momento exacto le dió a MariMini por sacar diversas cosas de una bolsa que llevaba.
Ocasión aprovechada por "la niña de los tupper" para levantarse y zascandilear un poco.
En un momento dado, salió un abanico de aquella bolsa minoica, que algunos reconocimos como "abanico pinturiquio" (es decir, obra de la Pintu)
y que sirvió, como suele pasar, para que algunos hicieramos el payaso. (es que la comida seguía sin llegar)
Tranquilos, que por una vez no fuimos los mas escandalosos del sitio.
La mesa contigua celebraba un cumpleaños y entre sus cantos y los niños que corrían de un lado a otro
(y la pobre mujer que esperaba a entrar al baño) no se notaba nuestro jaleo.
La niña de los tupper llevaba una cámara de fotos de la que hacía uso a diestro y siniestro
(verás cuando Jose Solo vea el reportaje que le has hecho...
él que no quería salir en las fotos),
cosa que aprovechamos para entretener a la buena mujer que esperaba la cola del baño ("¿nos haces una foto de todos?")
y que casi le hace perder el turno.
Y vinieron los entrantes( a plazos, pero llegaron).
He de reconocer que me pasé pidiendo, pero es el Padre Prior (perdón, desde Urueña es Excmo. y Rvdmo. Sr. Obispo) quien suele encargarse de esos menesteres y yo no estoy acostumbrada.... jejejeje
Mientras comíamos hablamos con Koshka, que nos
echaba de menos (y nosotros a ella) y con quien
habíamos prometido hablar.
Otro descanso antes de llegar los segundos, que
aprovechamos para sacar algunos regalos (el bolso de Mari Mini no tenía fin) incluso uno que habíamos
comprado nosotros.
A Amalia le gustan las Meninas y le regalamos una taza para que se acuerde de
nosotros cada vez que tome té en aquellas lejanas tierras.
Otra llamada de teléfono.
Ahora, le tocó el turno a José Ángel.
Que
decía se oía nuestro jaleo y se notaba lo estábamos pasando bien.
Se nos
olvidó decirle habíamos saludado a su familia en Atocha
Y fue llegando la hora de marcharnos (de allí, que algunos seguimos de parranda, aún un rato).
Eran más de las 17,00 de la tarde y había gente que tenía que hacer otras cosas.
Decídimos acercarnos a Escuelas Pías a tomar la última.
El edificio de Escuelas Pías de San Fernando fue declarado Bien de Interés Cultural en 1996.
Se encontraba en la manzana constituida por las calles de Embajadores, Sombrerete, Tribulete y Mesón de Paredes, donde hoy pueden verse sus restos.
El edificio, como otros edificios religiosos de Madrid, fue incendiado un día después del estallido de la Guerra Civil española, después de que falangistas atrincherados en su interior dispararan contra los transeúntes.
Sin embargo, a diferencia de los otros edificios, se mantuvo tal y como quedó tras el incendio hasta el año 2002, en el que se aprovecharon las ruinas para construir una biblioteca y un Centro Asociado de la UNED.
Se llevó a cabo una moderna rehabilitación para biblioteca y Centro Asociado.
Esta rehabilitación oculta a la vista del paseante la parte más bella e interesante de lo que queda de la Iglesia de las Escuelas Pías de San Fernando.
A título anecdótico se podría añadir que en el trascurso de la restauración aparecieron varios nichos con sus ataúdes al tirar una pared.
En la actualidad, aunque fueron derribados, aún son visibles las huellas de las bovedillas que los cubrían por la entrada desde la plaza.
En la parte alta del edificio se encuentra la cafetería del edificio (que nosotros conocemos muy bien) y para allá nos fuimos.
Luis, que iba en moto quedó en esperarnos allí, mientras el resto ibamos andando.
Inexplicablemente la gente se nos iba "perdiendo" por el camino.
María, incluso estuvo departiendo con unos gatos que se encontró por el camino.
Atenea y MariJavi se marchaban de cumpleaños (¿o era Carolina la del cumpleaños? )
El caso es, que cuando llegamos a Escuelas Pías Luis tenía ya que marcharse.
Nos había reservado mesa...pero no podía quedarse.
Aquello estaba hasta la bandera, y en la terraza prometía hacer mucho calor.
Nos sentamos dentro, al lado de la barra...
Y volvímos a tener paciencia hasta que nos atendieron.
Parece que los camareros se habían aliado contra nosotros, y aquí también tardaron en atendernos.
Unos mojitos riquísimos hicieron buena la espera... pero se nos había acabado la tapa que ponen con ellos.
Y Rocío se dispuso a pedir más.
El camarero estaba tan agobiado, que nos dijo nos sirvieramos de un barrilito que había allí...lleno de frutos secos.¡¡¡Y lo vaciamos!!!
Aquí la prueba del delito.
Rocío robando más cacahuetes del barrilito en cuestión.
Y la cara de "yo no he sido" que pusimos todos cuando el camarero vino a rellenarlo...
Aún así, no cesaron las excursiones a reponerlo.
Cuando nos hartamos de comer frutos secos y de reir ( y sobre todo de beber mojito) se nos ocurrió mirar el reloj...
¡Eran las 21.00 h.!
Llevabamos juntos unas 7 horas pero se nos había pasado el tiempo muy deprisa.
Y nos fuimos paseando hacia Atocha.
Como no podía ser de otra manera, nos fuimos entreteniendo por el camino.
Cercanas las fiestas de S. Isidro, íbamos encontrándonos con preciosidades como ésta.
No, no me refiero a Amalia...
Sino a la nena, de unos dos añitos, que metida en su papel íba
llamando la atención de la gente que estaba sentada en las terrazas.
Iba con la mano en la cadera, con un niño (su hermano, de unos cinco añitos)vestido de "pichi".
Disfrutamos con la imagen, desde luego...
Y llegamos a Atocha, donde nos costó irnos.
José Solo nos acompañó todo el tiempo (pa mí que no se fiaba de que nos fueramos ya), has ta convencerse que nos subíamos al tren.
Amalia se despidió deprisa... imagino que porque para ella tiene que ser difícil un cambio tan brusco en su vida.
Y sobre todo, nos prometimos organizar varias como èsta, e ir preparando la kedada en México lindo para dentro de un par de años.
Tendremos que ir ahorrando...
Ya lo sabéis.
¡¡Saludos perdularios a todos!!
*os cuento que estamos organizando visita a la Exposición sobre Dalí, para después de los exámenes.
Y reunión del Club Ilustrado Sophía.
