Después de problemas varios, hemos tenido que cambiar los planes varias veces.
Al final, se ha quedado en que este fin de semana perdulario va a durar sólo el sábado.
Hemos quedado a las 11,00 de la mañana en la estación de trenes.
.
Dicen que es un edificio singular y que merece la pena verlo.
Yo me acerco a Aranjuez en el tren, por tanto.
Ya me colaré en el coche de alguien más tarde. jejeje
Para ello, me levanto como las gallinas temprano.
Antes he de dejar a Brais en casa de la tía Mila, en Madrid... y he de prepararlo sin que se ponga demasiado nervioso.
Esta en su etapa adolescente y la primavera está haciendo estragos (sobre todo en mí, que le aguanto...ayssss) en su carácter ya de por sí travieso.
En el camino voy contemplando las imagenes de la campiña que me han recomendado
Aunque he de reconocer que ya...casi no quedan... (César compañero, ya te explicaré el lunes...)
Entre autobuses y trenes llego a la cita a la hora justa.
Allí estan los Ateneos con Hernández y Jose Solo (si había un Han solo por qué no vamos a tener nosotros un José solo ¿eh?)
que me reciben acaloradamente.
¡¡que majos!!
Pero hemos quedado en la cantina con el resto...
¿la cantina? ¿Hay cantina? me contestan extrañados (anda que se enteran éstos)... y hacia allí nos dirijimos,
encontrandonos a Tuci, Topi y MiniTuci desayunando.
¡¡AMOS QUE...!!
Yo me voy al baño (que está en el anden de la estación, otra vez para dentro...) y mientras van llegando el resto.
¡¡...Y se van zampando los pocos bollos y croisanes que había en el bar!!.
Tracia, que acaba de llegar se apalanca y se come mi ensaimada...
Vaaaaaaaale , la compartimos.
Y llaman los de Palencia.
Nos esperan en el Palacio.
Nos vamos a buscarlos.
Ahhhhhhhhhhh pero había Cantina?
ResponderEliminar