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martes, 1 de octubre de 2013

Y llegamos al sábado.


Hoy tenemos un día completito.
Aunque oficialmente, el Curso Forjadores de Sueños acaba por la mañana, hay programada una excursión a la Villa de la Olmeda y a la Iglesia de San Juan de Baños, para después.
Reconozco mi falta a la primera ponencia, por motivos que no vienen a cuento, aunque llegué cuando aún no había terminado de hablar la profesora de Historia de la U. Complutense de Madrid Estela García Fernández.
El tema a tratar (y del que me han contado alguna cosa) es:







EL SUEÑO DE LA CAVERNA:
Pensamiento filosófico y reforma política en la República Romana.



La desaparición de la Monarquía empeoró la condición del pueblo romano.

Mientras el rey mantuvo su autoridad, hizo de contrapeso al poder aristocrático.

Pero ahora, las clases populares no tenían ninguna protección frente a los patricios en una Asmblea que estaba dominada por éstos.

La abolición de la monarquía fue obra de los patricios. Era pues natural que el nuevo régimen consagrase la victoria de la Aristocracia frente al resto del populus sobre el que se había apoyado el poder de los últimos reyes.








Roma ya no era aquella comunidad formada por clanes de ganaderos, las gentes, con un pater a su cabeza y un consejo interclónico, el Senado.


Al frente del nuevo estado, bautizado como RES PUBLICA (cosa pública) fueron nombrados dos magistrados, los cónsules, con poderes iguales al antiguo rey, pero con el mandato limitado a un año y la obligación de ejercer sus funciones de manera colegiada, para evitar que la nueva magistratura derivase en dictadura.





En los años centrales del s. II a.C., la diferencia peligrosa para el mantenimiento de la supremacía senatorial, está en que la pugna trasciende del seno de la nobleza y desvela debilidades internas del grupo y su propia falta de cohesión. 


Se interesa al pueblo, a sus órganos de expresión, a las asambleas populares y a sus representantes legales, los tribunos de la plebe, en la vida política de Roma.
 


El tribunado de Tiberio Graco se considera generalmente en la Historia de Roma como el comienzo de una nueva etapa que sólo se cierra con el fin de la república.





La elección de Tiberio como Tribuno de la Plebe de 133 no puede comprenderse sin el apoyo de una factio, de la que se convierte en portavoz y ariete frente a otros clanes, que luchan por la supremacía en el círculo de la oligarquía y por la dirección del Estado.





Podríamos analizar la personalidad de Tiberio y apoyarnos en la educación recibida y mediatizada por la orgullosa figura de la madre (prototipo de matrona romana) o por las ideas estoicas de pensadores ligados a la filosofía griega y helenística. 






Pero dejando de lado especulaciones indemostrables, la acción de Tiberio se concretará en una LEX AGRARIA que presentará como tribuno de la plebe y que es producto de la cuidadosa elaboración de una factio senatorial, que utiliza a uno de sus jóvenes miembros para sacarla adelante.








Su contenido proponía que una comisión de tres miembros (tresuiri agris dandis adsignandis indicandis) repartiera entre los ciudadanos pobres, tierra procedente del ager publicus. 


Un canon simbólico anual al Estado recordaría a los beneficiarios su carácter de propiedad pública, para evitar la especulación, así como una serie de indemnizaciones para los propietarios que hubieran invertido en tierras de las que ahora se verían privados por esta ley.



El proyecto se puso en marcha apenas iniciado el periodo de gestión del tribuno.









Cuando Tiberio presentó su propuesta a votación se encontró con el veto de Octavio y la disolución de la Asamblea.


Depuesto Octavio, fueron elegidos los tres miembros de la comisión en las personas del propio Tiberio, su hermano Cayo y su suegro Apio Claudio.


El Senado intentó boicotear la puesta en práctica de la ley. 

Se intentó buscar una solución a través de una legislación complementaria, lo que envenenó mas aún las relaciones con el Senado.






Ante la probable reelección de Tiberio como tribuno de la plebe, un ambiente de tensiones y encono irían caldeando el ambiente hasta acabar con el propio asesinato de Tiberio Graco.


Será Licinio Craso (suegro de Cayo Graco) el nuevo miembro de la comisión agraria el que sustituya a Tiberio consiguiendo en 131 el consulado y nombramiento de pontifex maximus, aunque moriría en Asia.



Será Cayo Graco, hermano de Tiberio quien en 123 presentaría su candidatura a tribuno de la Plebe quien intentará seguir adelante con la Ley y la reforma social.



Con la muerte de éste tras el asalto al Aventino, el sueño de los Graco llegaba probablemente a su fín.








       



 -Historia de Roma
          J. Manuel Roldán
          Ed. Cátedra.
        -La República Romana
         Hª National Geographic
         Ed. RBA.
-          http://es.wikipedia.org/wiki/Periodo_de_los_Gracos
http://historicodigital.com/los-hermanos-graco.html





 



Llega el final del Curso, aunque no de las actividades. 

La última ponencia corre a cargo de Santiago Montero Herrero, catedrático de Historia Antigua en la U. Complutense de Madrid.

El Tema a tratar:






Ideales políticos y milagros:
La figura de Apolonio de Tiana.





Célebre filósofo místico. Nació en Tiana, pequeña aldea de la Capadocia, tres o cuatro años antes de J. C.; murio en Éfeso hacia el año 97, reinando Nerón. 


Pretendía descender de los antiguos fundadores de Tiana y llevado a la edad de catorce años a estudiar con Eutidemo, profesor de retórica en Tarso, sintió tal disgusto al ver la relajación de costumbres de aquella ciudad, que a pidió a su padre que lo dejase ir a Aegæ , pequeña ciudad vecina donde había un templo dedicado al dios Esculapio





A los 16 años abrazó la doctrina Pitagórica. Dejó de comer carne, argumentando que vuelve espeso el espíritu y lo hace impuro”. 




El único alimento puro, decía, es aquel que proviene de la tierra: las frutas y verduras. Igualmente se abstuvo de tomar vino, pues consideraba esta bebida contraria al equilibrio del espíritu, entorpeciendo la parte superior del alma.








Renunció a toda vestidura hecha de piel o pelo de animal, vistiéndose de lino. Iba descalzo (con sandalias de corteza), se dejó crecer el pelo y se fue a vivir al templo consagrado al Dios Esculapio.


Tras la muerte de su padre y al llegar a la mayoría de edad, Apolonio heredó una fortuna considerable a la que renunció,quedándose con lo estrictamente necesario para sus desplazamientos y alimentación. 


Repartió los bienes entre su hermano (un joven entregado a una vida disoluta) y algunos familiares, explicando que llevaría una vida de asceta y por tanto nunca formaría un hogar.


Su género de vida y su lenguaje sentencioso y oscuro hicieron tal impresión en el vulgo, que no tardó en verse rodeado de numerosos discípulos. 


Los artesanos abandonaban sus talleres; las ciudades le enviaban embajadores; los árabes cantaban sus alabanzas y se dice que se hizo admirar de los brahmanes de la India, de los magos de la Persia y de los sacerdotes del Egipto.




En Hierápolis, ciudad de la Siria situada en el lugar en que estuvo la antigua Nínive, en Éfeso, en Esmirna, en Atenas, en Corinto y en otras grandes poblaciones de la Grecia, Apolonio apareció como preceptor del género humano, visitando los templos, corrigiendo las costumbres y predicando la reforma de todos los abusos. 








Quiso ser admitido en los misterios de Eleusis, pero tratado de mago se le prohibió la entrada en ellos, interdicto que no se le levantó hasta los últimos días de su vida. 


En Roma, a donde, según su expresión, había ido para ver qué especie de animal era un tirano, condenó el uso de los baños y hasta se dice que hizo milagros. 


Al pasar por delante de él, el féretro que conducía a una doncella perteneciente a una familia consular, se acercó a ella, pronunció algunas palabras místicas y la doncella a quien se creía muerta se levantó y se fue por su pie a casa de sus padres. 


Éstos le ofrecieron una crecida suma, pero él la aceptó sólo para dársela como dote a la doncella. 






Un día, la multitud aterrada presenciaba un eclipse de sol acompañado de una fuerte tormenta.



Apolonio miró al cielo y dijo en tono profético: «Algo grande sucederá y no sucederá.»



Tres días después cayó un rayo en el palacio de Nerón y derribó la copa que el emperador se llevaba a los labios. 


El pueblo creyó ver en aquel incidente el cumplimiento de la profecía de Apolonio.



Vespasiano, que le había conocido en Alejandría, le miraba como hombre divino y le pedía consejo, que el filósofo le daba con la misma libertad que había usado ya en muchas ocasiones.



Habiendo cantado un día Nerón en un teatro en los juegos públicos, Tigelino preguntó a Apolonio qué pensaba del emperador: «le hago mucho mas favor que tú, respondió el filósofo; tú le crees digno de cantar; yo de callarse.»



El rey de Babilonia le pedía un medio de reinar con tranquilidad.



Apolonio se limitó a contestarle: «Ten muchos amigos y pocos confidentes.»



Sorprendido un esclavo con la concubina del mismo rey, el príncipe preguntó a Apolonio cómo castigaría al culpable. «Dejándole la vida,» contestó el filósofo.

Y como el rey se mostrara sorprendido, añadió: «Si vive, su amor será el mayor de los suplicios.»



En el reinado de Domiciano, Apolonio fue acusado de magia, encerrado en un calabozo después de haberle hecho cortar el pelo y las barbas, y allí cargado de grillos y cadenas. 

Desterrado después por el mismo emperador, murió al poco tiempo, lo cual no fue obstáculo para que, a su muerte, se le erigieran estatuas y se le hicieran honores divinos.





Éfeso, Rodas y la isla de Creta pretenden poseer su tumba, y Tiana, que le dedicó un templo, obtuvo en memoria suya el título de ciudad sagrada, lo que le daba el derecho de elegir magistrados.







Lampridio asegura que el emperador Alejandro Severo tenía en su oratorio entre los retratos de Cristo, Abraham y Orfeo, el de Apolonio, y Vopisco (Vida de Aurelio), que hace de él grandes elogios, dice que debe honrársele como ser superior a la humanidad, y promete, si el tiempo no le falta, escribir la vida del hombre que hizo cosas que sobrepujan el límite de las facultades humanas.



Hasta el siglo V, la reputación de Apolonio se mantuvo viva aun entre los cristianos.



Prueba de ello es que León, ministro del rey de los visigodos, invitó a Sidonio Apolinar, obispo de Auvernia, a que le tradujera la vida del filósofo escrita por Filóstrato.



El obispo escogió el ejemplar más correcto y sobre él hizo su traducción, que remitió al ministro con una carta en que ensalza las virtudes del filósofo; diciendo que sólo le faltaba para ser perfecto haber sido cristiano. 


A lo que parece, a lo que debe su descrédito es a sus mismos discípulos, que queriendo realzar su mérito le han presentado como un impostor, atribuyéndole milagros y profecías que le colocan a la altura de los embaucadores vulgares. 


La vida que posteriormente escribió Filóstrato está tomada de otra debida a uno de los compañeros de Apolonio, llamado Damis. De sus escritos auténticos el único que nos queda es la Apología, conservada por Filóstrato (VII, 7).









http://es.wikipedia.org/wiki/Apolonio_de_Tiana

http://www.filosofia.org/enc/eha/e020416.htm

http://www.mundohistoria.org/blog/articulos_web/apolonio_de_tiana










Después de esta extraordinaria ponencia, se da por finalizado el curso.
Clausura, despedidas... pero no todo acaba aqui.
Como actividades extra, nos vamos a comer a la Villa de la Olmeda.
y después a San Juan de Baños.

Nos vamos hacia la Iglesia de San Lázaro, donde nos espera el autobús que nos trasladará hasta allí.

Ahora nos vemos.

2 comentarios:

  1. El último ponente, me dio clases a mí en la Complu. Espero que dando charlas, no sea tan soporífero como en clase

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