Los terrores del año mil
El siglo X europeo ha sido catalogado tradicionalmente como
un período histórico oscuro y su culminación se ha planteado como una época de
temores particularmente impactantes, que no responden tanto a una presencia de
carácter apocalíptico, sino más bien a un conjunto de amenazas y condiciones
específicas de la vida cotidiana.
Los acontecimientos naturales interpretados como signos
apocalípticos fueron eclipses de luna, lluvias de estrellas o cometas: uno de
estos prodigios fue un espantoso meteoro que permaneció visible en el cielo del
año mil cerca de tres meses.
Estos fenómenos o testimonios tuvieron mayor relieve por
difundirse en ceremonias habituales -liturgias, sermones, predicaciones- ante
la población.
Desde los medios clericales se promovió una visión apocalíptica y
catastrófica. Se difundió la conciencia de que los desastres se debían a los
pecados de los hombres.
Para atajarlo, había un tipo de iniciativas religiosas:
ayunos, oraciones, movimientos de tregua y paz, peregrinaciones hacia los Santos
Lugares.
La comunidad se enfrentaba a la catástrofe mediante la penitencia que,
aplicada por la Iglesia, determina los pecados.
Una creencia de gran difusión era la división de la
cronología universal en seis edades, a semejanza de los seis días que Dios
empleó en la creación del mundo, cuya duración era de 6.000 años.
Juan de
Biclaro en su Cronicon (591) y San Isidoro de Sevilla en sus Etimologías (626)
ya pretendieron calcular la edad del mundo, que rondaba entonces los 6.000 años
desde la creación de Adán; Julián de Toledo, en el año 686, y el autor de la
Crónica mozárabe, a mediados del siglo VIII, coincidían en señalar el año 800
como el fin de los tiempos.
Mayor influencia adquirió el Comentario al
Apocalipsis de Beato de Liébana del año 776, en el que ilustró el majestuoso
horror de la catástrofe, con retazos de influencia mozárabe y oriental.
El fenómeno de los códices que contienen el "Comentario
al Apocalipsis" (Commentarium in Apocalypsin) de Beato de Liébana es único
en la Alta Edad Media hispánica. Ninguna otra obra fue copiada tantas veces
como para que llegaran a nuestros días más de 25 manuscritos, además de
fragmentos de otros, que se han ido descubriendo y que superan ya la decena.
Este fenómeno no se explica tanto por el texto de la obra
principal que contienen, sino por sus ilustraciones, que tienen una notable
uniformidad pictórica, al contrario que las Biblias y Evangeliarios que no
repiten sus iluminaciones.
Veintidós manuscritos de los conservados las tienen.
Los
beatos más antiguos que conservamos son del siglo X, aunque la producción de
copias debió de ser constante desde la publicación del "Comentario".
El Beato de Tábara o de Gerona es un beato, obra del Abad
Dominicus y de los miniaturistas Ende y Emeterius. Fue terminado en el año 975,
y en 1078 pasó a la Catedral de Santa María de Gerona.
Al final del manuscrito iluminado figuran el nombre del
patrón, Abad Dominicus, y la fecha exacta de su edición (6 de julio de 975).
También se conocen los nombres de sus dos ilustradores: Ende, "pintora y
sierva de Dios" y Emeterio, "monje y sacerdote".
La palabra
latina para pintor aquí está en forma femenina. Era costumbre medieval citar
los nombres, en orden decreciente de importancia.
Por lo tanto se puede afirmar
que el más importante de los dos ilustradores era una mujer, una de las pocas
artistas femeninas con nombre de la Edad Media, probablemente una monja o un
personaje noble.
Este códice contiene los Comentario al Apocalipsis,
redactados en el siglo VIII por Beato de Liébana. Además de la recopilación
original del Beato de comentarios sobre el Libro del Apocalipsis, esta versión
también contiene el comentario de Jerónimo sobre el Libro de Daniel. Daniel es
rico en la profecía escatológica, por lo que la inclusión de comentarios de
Jerónimo con el trabajo de Beato tiene sentido sobre una base temática
Tenemos pocas y poco fiables noticias sobre cómo apareció
este códice en el archivo de la Catedral de Gerona, en el que aún se conserva.
Dado que el monasterio de Tábara fue destruido por Almanzor en el año 988,
parece posible que hubiera llegado antes de esas fechas a algún monasterio
catalán en un intercambio de manuscritos, que eran tan habituales en esa época
y que, al haber desaparecido aquel, el Beato permaneciera en su nueva ubicación
hasta que fue donado en 1078, parece ser que en un testamento, a la catedral de
Gerona.
Hace unos cuantos años, un artículo sobre uno de estos
Beatos cayó en mis manos.
El artículo estaba escrito por Marelis Loreto Amoretti, y se
titula “Los cometas, una señal de la Ira de Dios”.
Guardé aquel artículo durante muchos años.
Más tarde, al estudiar Historia y comprender más sobre los
Beatos, rescaté aquel artículo.
Nos dice cómo el paso de un cuerpo celeste cerca de la
Tierra se interpretó durante siglos como una señal divina, un buen o mal
augurio.
En el Apocalipsis además, la caída de un cometa anticipa el
fin del mundo.
Beato de Liébana lo interpretó en estos términos.
Los Cometas. Una señal de la IRA DE
DIOS
Por Marelis Loreto
Amoretti
Desde tiempos remotos, uno de los fenómenos astronómicos que
más han llamado la atención a los hombres, en todas las culturas, han sido los
cometas,-primos hermanos de los asteroides, pero dotados de brillante cola-,
interpretados como señales que anuncian desgracias o buenaventuras.
En cualquier caso, buenas o malas noticias, el paso de un
cometa siempre trae consigo un augurio de algo por venir.
Tenemos muchos ejemplos. Los Reyes Magos siguieron a un
cometa hasta llegar donde había nacido Jesús.
Se vieron también cometas el año de la muerte de Julio César, Atila, Mahoma, Carlomagno y Federico II de Alemania. Y la campaña de Rusia que hizo Napoleón fue realizada bajo el augurio de un cometa.
Se vieron también cometas el año de la muerte de Julio César, Atila, Mahoma, Carlomagno y Federico II de Alemania. Y la campaña de Rusia que hizo Napoleón fue realizada bajo el augurio de un cometa.
En la Biblia se citan cometas que tampoco auguraban nada
bueno, como el que nos ocupa, y que surge del sonido de “la tercera trompeta”:
De acuerdo a los versículos 10 y 11 del capítulo 8 del
Apocalipsis, “El tercer ángel tocó la
trompeta, y cayó del cielo una gran estrella, ardiendo como una antorcha, y
cayó sobre la tercera parte de los ríos, y sobre las fuentes de las aguas. Y el
nombre de la estrella es Ajenjo. Y la tercera parte de las aguas se convirtió
en ajenjo; y muchos hombres murieron a causa de esas aguas, porque se hicieron
amargas”
La mayoría de las veces los cometas fueron interpretados por
los cristianos como señal de la IRA de Dios y anuncio de castigos divinos.
Un monje español, Beato de Liébana, que se refugió en
Asturias en el s. VIII huyendo de la invasión musulmana, hizo una compilación
de los comentarios y anotaciones que existían sobre el Apocalipsis titulada
Comentarios al Apocalipsis.
Después de la muerte del monje se hicieron más de 30 copias
de esta manuscrito, en diversas épocas y lugares de España, y fueron ilustradas
en estilo mozárabe, carolingio e irlandés.
A esas copias se les asignó el nombre de Beatos, en honor al
monje de Liébana, y se caracterizan por el valor artístico de sus pinturas.
La que ahora estudiamos es el Beato de Támara, del siglo X,
y muestra al tercer ángel tocando la trompeta y los efectos nefastos de los
meteoritos.
Símbolos bajo el ángel
1-ÁNGEL. Lo que supone la angeología, rama de la teología
que se ocupa del estudio de los ángeles, es que los siete ángeles del
Apocalipsis son probablemente los siete arcángeles.
La palabra ángel proviene de griego y significa “mensajero”,
y son los portavoces que transmiten el mandato de Dios a los hombres en la
Tierra.
En el caso de esta ilustración el mandato es terrible, y
este tercer ángel se nos presenta como un ser inmisericorde y despiadado, que
sigue la orden de destruir a los seres humanos.
2-TROMPETA. En la Biblia aparece citado este instrumento en
diversas ocasiones y simbolizando varias cosas.
La shôfâ que significa cuerno de carnero, se utilizaba para
comunicaciones especiales.
La jatsôtserâh, que es de metal, transmitía alarma.
Por su parte, la sálpinx, que se empleaba en la guerra y se
la nombra para anunciar la segunda venida de Jesucristo, así como también la
resurrección de los muertos.
La trompeta que sujeta el tercer ángel es esta última, la
sálpinx, que anuncia el juicio final, mientras arroja la tercera plaga, y
advierte de los juicios severos por venir que son narrados en el Apocalipsis.
3-ASTRO. San Juan narra que, al sonar la tercera trompeta, el
tercer ángel dejará caer una enorme estrella sobre la Tierra. Comúnmente, se le
ha atribuido a los cometas la simbolización de terribles augurios, y esto no
hace más que reforzarlos.
Así, el astro arrojado contra la Humanidad y que arde como
una antorcha es consecuencia del castigo divino. ¿Por qué Dios castiga a la
humanidad? Porque aun cuando es Dios quien le ha dado vida, los hombres no le
agradecen, ni le adoran, sino que le desobedecen y se oponen a él, lo cual los
hace merecedores del castigo.
La estrella se llama Ajenjo. El ajenjo es una planta
aromática y amarga, de mal sabor.
En algunos textos bíblicos suele asociarse con los pecados,
pues en la tradición judía se creía que era una planta venenosa. Tanto, que
hasta podía ser castigo de Dios dar de comer ajenjo a quienes lo ofendieran.
Tiene varios significados, entre ellos, sufrimiento, aflicción, amargura,
castigo por idolatría, profecía falsa y apostasía.
4- CATARATAS. En las Sagradas Escrituras, el agua siempre ha
sido símbolo de fuente de vida, y de un valor incalculable. No se puede olvidar
que uno de los atractivos de la Tierra Prometida era que tenía muchas fuentes
de agua.
Las cataratas que vemos en la miniatura, y que surten al río
de agua, están contaminadas por la gran estrella que ha caído en la Tierra, y
de este modo infectan el río.
5-APOCALIPSIS. El último libro del Nuevo Testamento, escrito
por San Juan, es un texto simbólico surgido de las visiones del discípulo.
Sobre las interpretaciones en torno al mismo, se ha dicho que es un libro que
habla acerca del fin del mundo, en una fecha que no especifica.
En el contexto histórico de San Juan, y según el Apocalipsis,
Cristo vendría para salvar a sus fieles, derrotando al Imperio Romano y con él
a Satanás.
Para Beato de Liébana, la ciudad a ala que tiene que llegar
Jesús es Córdoba y la persecución islámica la que deberá enfrentar y derrotar.
6-RIO. Grandes o chicos, a través de sus cauces los ríos
suministran enormes cantidades de agua dulce a la Tierra.
De ella se benefician hombres, animales y plantas. Los ríos
representan la vida, pero terminan siendo portadores de la muerte por haber
sido contaminados de ajenjo, envenenando así a hombres y animales que bebían de
ellos.
7-HOMBRES. Los hombres representados en la obra conforman la
tercera `parte de la Humanidad para el momento en que se arroje la gran
estrella desde los cielos.
Son los malvados, los pecadores, los desobedientes, que se
han distanciado de Dios.
Así, estos individuos morirán envenenados por haber bebido
de las aguas contaminadas de ajenjo.
La calidad de las fotografias no es muy buena.
He buscado una imagen mas clara de dicho Beato, pero no he sido capaz de encontrarla.
He fotografiado la imagen del artículo, y la he dividido para entender mejor su significado.
Espero os haya ayudado a entender un poco el significado y sobre todo la importancia de joyas de nuestro patrimonio desconocidas por muchas personas.
Los llamados BEATOS, solo son una parte de ese inmenso patrimonio que debemos cuidar y proteger.
La calidad de las fotografias no es muy buena.
ResponderEliminarHe buscado una imagen mas clara de dicho Beato, pero no he sido capaz de encontrarla.
He fotografiado la imagen del artículo, y la he dividido para entender mejor su significado.
Espero os haya ayudado a entender un poco el significado y sobre todo la importancia de joyas de nuestro patrimonio desconocidas por muchas personas.
Los llamados BEATOS, solo son una parte de ese inmenso patrimonio que debemos cuidar y proteger.